Tuesday, August 26, 2014

3 - Cortázar (Esa belleza intangible)



Yo creo que la música ayuda siempre a comprender un poco este asunto. Bueno, no a comprender porque la verdad es que no comprendo nada. Lo único que hago es darme cuenta de que hay algo. Como esos sueños, no es cierto, en que empiezas a sospecharte que todo se va a echar a perder, y tienes un poco de miedo por adelantado; pero al mismo tiempo no estas nada seguro, y a lo mejor todo se da vuelta como un panqueque y de repente estás acostado con una chica preciosa y todo es divinamente perfecto”.
       
       La literatura de Julio Cortázar se encarga de imponer la realidad de la literatura, de ese algo intangible que existe en nuestra realidad cotidiana. Aquello cuyo sentido se nos escapa pero que podemos percibir, por momentos más intuitivo que intelectual.
                
         En “El Perseguidor”, la música del Charlie Parker retratado por Cortázar era su manera de exteriorizar aquella percepción intuitiva de la ambigüedad de la realidad, el tiempo escindido que rige tanto la lógica del reloj para el narrador, como una lógica propia, del recuerdo, del genio de Johnny Carter (alter ego de Parker) que le permite sentir haber vivido quince minutos en un viaje de metro que dura solo dos.
                
       “Johnny tiene razón, la realidad no puede ser esto, no es posible que ser crítico de jazz sea la realidad, porque entonces hay alguien que nos está tomando el pelo.” La realidad, el tiempo, son conceptos que quedan escindidos desde la perspectiva artística, que nos permite vivir en dos mundos en simultáneo, que desata el manto de los sueños y la creatividad igualándolo al de la realidad cotidiana.
                
        Por lo menos, gracias a autores como él sabemos que además de las apariencias sólidas de lo material, además de la consecución invariable de los números del reloj, está la belleza intangible pero igualmente real del arte, de la música, de la literatura.
               
      “Que la música salve por lo menos el resto de la noche, y cumpla a fondo una de sus peores misiones, la de ponernos un buen biombo delante del espejo, borrarnos del mapa durante un par de horas”.

Wednesday, August 13, 2014

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La belleza del arte japonés
está en la simple montaña
está en la compleja flor

Wednesday, July 2, 2014

Primer vómito (sale como sea), ninfómana y Sade.

      Escribir, ejercicio. Atrás de la cama la ventana, y las luces. Es mejor pensar una película? Es lo mismo que mirarla por gusto y decir me gustó? Yo no sé hasta donde interpreta el resto y me asusta. Mientras tanto en mi cabeza, en la cabeza me pega el saxo de Sade, quien lo toca no sé. Siempre me hace pensar en aeropuertos de noche, en hoteles de viajeros que se sientan en la cama aflojándose la corbata y miran por la ventana, como la mía, pero con más luces, de colores, de ciudad. En frente mío hay un edificio con ventanitas apagadas, y encima la cortina que claro, opaca bastante. Y eso que no bajamos la persiana.
      En fin, la canción ya cambió, la reflexión sobre la película sigue ahí a los rebotes: la primera parte estaba buena, la segunda maso, no? Ya se mete con varios temas y no entiendo bien para qué lado quiere agarrar. Sin embargo transcurre menos tiempo en el relato, algunos años. Y esa rebelión contra el hombre y la sociedad que no la dejan garchar tranquila? Y por qué lo mata al gordito, y por qué se la quería garchar el gordito? Por lo menos encontró su árbol… ponele.
      Una vez que se empieza a vomitar lo demás sale así como por impulso, es como una catarsis, un vaciamiento estomacal de la cabeza, que en fin vaya uno a saber si sirvió de algo. La piba era inexpresiva, pero Charlotte Gainsbourg es medio inexpresiva de por sí.
      Ahora llegué hasta acá, pero me tengo que forzar, para que salga más, meterme los dedos en la garganta (más tierno) así sigue saliendo que sobre todo la primera vez cuesta más, o se supone. Una vez que quede como un torrente de pelotudez, pedacitos de zanahoria en medio del charco marron, ahí escribí bastante y suficiente por hoy nos vemo pronto. Más adelante tendría que organizar un poco, separar la pelotudez, el cine, los libros, la música, la pelotudez, un poco, de a poco.
    Otro día saco un análisis más limpio de la peli, pero ni lo escribo, capaz. Sade pasó hace rato, pero me quedo con esa sensación de ciudad de noche que se mira de una ventana, con la angustia y la satisfacción del tránsito, de estar en tránsito, hotel o aeropuerto. Ah y me gustó la idea de que admira a los pedófilos que se la bancan sin traumar pibes toda la vida… pero en la mayoría de los momentos se pone bastante didáctica la cosa y meh. Bueno listo, ahora está so cold in ireland, otra cosa, aunque ellos hablan de la pedofilia, pero ahora no da irse hasta ahí, encima del  segundo disco al… cuarto, es otro tema shhhh.
                                                        Quince minutos